La Gran Unidad no es una teoría, ni una creencia. Es una vivencia que emerge cuando el velo de la separación cae y comprendemos que todo está íntimamente conectado. No hay un "otro" separado de nosotros; solo diferentes manifestaciones de una misma Conciencia.
En la Gran Unidad, cada experiencia, por más dolorosa o caótica que parezca, cumple una función precisa en el despertar del todo. Nada está fuera del plan; todo colabora en el proceso de recordarnos a nosotros mismos.
Esta Unidad no impone, no controla, no exige. Simplemente es. Y nosotros, al recordar nuestra naturaleza esencial, volvemos a fluir con ella como células conscientes dentro de un organismo mayor: el cosmos vivo.
La Gran Unidad no necesita ser defendida ni explicada. Solo reconocida. Solo vivida. Solo encarnada en cada acción auténtica, en cada gesto sincero, en cada vibración que nace del Amor verdadero.