La Fuente en Acción

Cuando la Fuente actúa, no hay duda posible: los hilos invisibles del universo se entrelazan con precisión impecable. Coincidencias imposibles, encuentros reveladores, sincronicidades que superan cualquier lógica. Es entonces cuando entendemos que no estamos solos, ni perdidos, ni abandonados.

La acción de la Fuente no es forzada ni manipuladora; es una corriente que se despliega suavemente cuando soltamos el control y nos disponemos a colaborar desde el corazón. No se trata de hacer que las cosas ocurran, sino de permitir que ocurran a través de nosotros.

Cuando nos alineamos con su vibración, descubrimos que todo llega en el momento justo. La Fuente habla sin palabras, se mueve sin ser vista, pero su efecto es innegable. Es la vida mostrándose como maestra, guía y compañera fiel.

La Fuente está en acción constante, pero solo quien está presente puede percibirla. Por eso, el verdadero acto de fe es confiar en ese fluir, aun cuando todo parezca quieto en la superficie.

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